Tu recuerdo es más que brisa,
es un silencio de caricias.
Desde un árbol
el otoño nos espiaba por las tardes
enredados cuerpo a cuerpo.
El viento liberado,
la tarde desgajada,
todas las batallas perdidas.
Todo era un temblor de hojas,
un recuerdo en sepia,
un sepulcro de raíces.
Todas tus semillas
germinaban en mi cama,
en mis manos,
en mi boca.
La tarde liberada,
el viento desgajado,
todas las batallas ganadas.
Hoy el sol se apaga,
lento cae el telón:
mantos de frágil fuego,
telas de oro y terracota.
El tiempo nos desnuda
de tanto tiempo
de tantas hojas.
Día con día
se aleja el miedo.
Noche a noche
nos cerca el deseo.
Estoy acorralado,
desnudo,
entregado.
Tu recuerdo es más que yo.
Es un círculo cerrado,
una sortija en los dedos de dios.
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