De tu pecho a tu mirada
una columna de humo espeso.
De tus pezones a tus labios
un salvaje aroma,
tierra oscura,
un enjambre de caricias.
De la idea al deseo
dos sexos enredados,
la humedad y sincronía
de los cuerpos.
Pronúnciame,
aplástame,
vacíame,
dibuja un atlas,
olvida después
si puedes.
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