jueves, 19 de febrero de 2009

LA INMOVIL PERMANENCIA DEL YO


El camino avanza,
yo permanezco inmóvil.
El día es una trayectoria directa al sol,
el día es un castigo,
una eterna advertencia.
El reloj avanza,
yo permanezco inmóvil.
El cielo se abre como un sexo hambriento,
esta luz derramada a borbotones
justifica mi locura.
Todo es luz,
(deseo)
una violenta prisa.
Mi cuerpo avanza,
yo permanezco inmóvil.
Tu sexo es un sepulcro,
un cielo, un castigo,
una eterna advertencia.
El dia derrama locura a borbotones,
justifica mi hambre,
mi rabia,
tu locura. 

3 comentarios:

Jorge Santana dijo...

si, si

difícil levantarte y saber que el día con tus ganas o no, avanzará

me encantó el verso

"El cielo se abre como un sexo hambriento"

no había visto al sexo como algo independiente.

abrazos, que tengas un excéntrico día

Anónimo dijo...

Coincido con Jorge: "El cielo se abre como un sexo hambriento" es una frase maravillosamente arrolladora.
Felicidades por el poema!

Jorge Santana dijo...

creo que el sexo ya comió demasiado

es hora de escribir

anda anda