viernes, 7 de mayo de 2010

SODOMA


Ahogado en el vapor caliente
de esta persecución de alientos.
Electrizado por el roce de sus cuerpos,
estremecido,
así caeré del cielo.
Ángel menguante:
antes de estas cenizas de alas
y de este polvo hecho vuelo,
está la tiranía del deseo,
el placer medido en latidos
Antes de la cama
sólo hay dos palabras
y ni siquiera son sus nombres.
Si pudiera leer sus labios,
sé que hablarían del frío
o quizá del miedo.

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